Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

El Sr. Presidente del Consejo de Ministros (Sagasta): Yo no puedo entrar verdaderamente en ningún debate político mientras el Gobierno no haga su presentación en el Congreso; que de otra manera yo no dejaría pasar sin correctivo algunas de las indicaciones que ha hecho el Sr. Marqués de Sardoal. (El Sr. Marqués de Sardoal: Correctivo, no. Explique S.S. esa palabra. ?Rumores). Es la palabra, Sr. Marqués de Sardoal, completamente parlamentaria. (El [1276] Sr. Marqués de Sardoal: Pero completamente inadecuada al caso). Eso será en opinión de S.S.; en la mía, no. (El Sr. Marqués de Sardoal: ¿Por dónde puede el Poder ejecutivo poner correctivo? ?Nuevos rumores. ?El señor Marqués de Sardoal: Encomiendo el prestigio del Senado al Sr. Presidente).

No ha sido mi ánimo faltar al Senado ni al Sr. Marqués de Sardoal. La palabra que yo he empleado es perfectamente parlamentaria, sin que pueda por su empleo ofenderse nadie, ni lastimarse siquiera, porque yo entiendo que es necesaria la corrección cuando se comete un error, y la corrección del error me parece a mí que no puede lastimar a nadie.

Yo creo que algunas frases de S.S. necesitan corrección, con permiso sea dicho de S.S.; pero como no quiero entrar ahora en debate alguno por la situación especial del Gobierno, que tiene a medio cumplir sus deberes, me he levantado, porque tengo grandísimo cuidado en guardar a los dos Cuerpos Colegisladores igual respeto y consideración, y me encuentro con un compromiso ahora en el Senado, realmente iniciado por el Sr. Botella; mas como puedo encontrarme con otro compromiso en el Congreso, mi observación es ésta. ¿Se ha limitado S.S. a hacer preguntas? Si me hace preguntas en el Congreso, ya sé lo que allí he de contestar: que son primero las del Senado; pero si en el Congreso me hacen interpelaciones y no preguntas, desearía yo saber si he de dar la preferencia a las interpelaciones del Congreso o a las preguntas del Senado, porque no quiero en manera alguna faltar a este alto Cuerpo, ni al Sr. Botella, ni a ningún Sr. Senador, y quiero que esto se dilucide, pues nada me pone en mayor aprieto que el temor a faltar a ninguno de los Cuerpos Colegisladores, que a mí me merecen, tanto uno como otro, iguales consideraciones y respetos. [1277]